Aunque no suela llenar el carro de dulces, sí que tengo mis debilidades:
Si tengo chocolate a la vista (en el trabajo, por ejemplo), suelo comer un poquito. Y sigo picando más y más trozos a lo largo del día.
Si voy a casa de alguien y ponen unas galletas con el café, seguro que cojo alguna. Y luego otra y otra.
Si me ofrecen un trozo de tarta, sería raro que dijera que no…
No siempre es fácil resistir la tentación, así que decidí aceptar el reto y ver qué pasaba.
Así fueron mis primeros días del reto sin azúcar:
Me decanto por huevos revueltos con aguacate, beicon y tomates para desayunar. Algo que suelo tomar. Empezamos bien. Sin embargo, anoche fue Fin de Año, así que tengo que limpiar y retirar algunas botellas, boles y una fondue de chocolate.
Me dirijo a la cocina para deshacerme de ese chocolate que no puedo comer en 31 días y, sin darme cuenta, rompo un trozo y me lo como. Solo 50 minutos sin azúcar… ¡y ya he fallado en mi reto!
Me fui a dormir algo más tarde de lo que debía, así que me levanto algo cansado y bajo de fuerza de voluntad en mi primer día del reto.
DÍA 2
Llega el día 2 y otra vez no me he preparado la comida. ¡Está claro que no he aprendido nada del primer día!
Una comida improvisada sin azúcar:
Me decanto rápidamente por ir al súper a por unos filetes de caballa, arroz de microondas y guisantes. Me pongo a buscar las latas de guisantes (pasando por el pasillo de los chocolates dos veces) y cuando las encuentro veo que contienen guisantes, agua… ¡y azúcar! ¿Por qué contiene azúcar una lata de guisantes?
Parece que el azúcar está presente en casi toda la comida envasada, ¡no se libran ni los guisantes! En los supermercados hay que mirar los ingredientes con lupa, uno nunca sabe dónde podría esconderse el azúcar. Hoy parece que las judías sí han huido de su destino azucarado: encuentro una lata que contiene judías y agua como cabría esperar. Escojo un filete de trucha y voy a la oficina. ¡Así son las cosas cuando tienes que improvisar una comida sin azúcar!
Esto es lo que he aprendido en tan solo dos días de reto…
Dejar el azúcar no es nada fácil y requiere mucha fuerza de voluntad, ¡pero no es imposible! Hoy en día es un tema que está muy de moda y no cuesta mucho informarse sobre el consumo de azúcar y su impacto en la salud. Conocer más datos sobre este producto me abrió los ojos…
SI QUIERES CUMPLIR TU RETO, TIENES QUE INFORMARTE BIEN SOBRE EL AZÚCAR
Cuando hice el reto, intenté aprender muchos datos sobre el azúcar. Las películas y los documentales que vi sobre el azúcar, por ejemplo, me abrieron los ojos y resultaron ser muy inspiradoras.
El azúcar está en todas partes. De hecho, está en el 80% de la comida envasada.
¿Sabías que…?
Es altamente adictivo y provoca estragos en el cuerpo.
El azúcar no sólo altera los niveles de energía, sino que también altera las hormonas. Con el tiempo, estas fluctuaciones constantes dejan los niveles hormonales en desequilibrio y no cumplirán su función como deben.
Cuando tomamos azúcar, se libera insulina desde el páncreas para eliminar la glucosa de la sangre. Finalmente, esta demanda constante, combinada con los altos niveles de insulina y glucosa, llevan a que el páncreas produzca menos insulina con el tiempo, lo cual causa resistencia a la insulina, la precursora de la diabetes.
Además, si la energía del azúcar no se quema justo después de su consumición, se convertirá en grasa que se almacenará en el cuerpo.
DEJAR EL AZÚCAR Y PERDER PESO
Durante mi reto perdí unos 3 kg (si bien es cierto que mi reto empezó justo después de esa época de excesos que es la Navidad). Aparte de eso, continué corriendo y comiendo como me apetecía (siempre y cuando no hubiera azúcar de por medio, claro).
A las dos semanas empecé a notar que estaba más definido, lo cual no está nada mal considerando que aún no había ido al gimnasio en todo el mes de enero. Esto me hace preguntarme qué clase de grasa se pierde cuando haces una dieta sin azúcar. Por las mismas fechas me di cuenta de que había empezado una dieta alta en grasas, moderada en carbohidratos y proteínas: frutos secos, queso, aguacates y mantequilla de cacahuete se convirtieron en aperitivos frecuentes. Las comidas principales contenían carbohidratos o verduras, junto con carne o pescado. Esto me hizo adaptarme a la grasa, empecé a quemar grasa para optener energia, en lugar de azúcar o glucosa.
RESUMEN: 5 COSAS QUE APRENDÍ AL LLEVAR UNA DIETA SIN AZÚCAR
Aprendí mucho durante mis 30 días de reto personal. Pero lo mejor de todo es que todo lo que aprendí iba acompañado de muchísimos beneficios para la salud.
1. EL AZÚCAR ESTÁ EN TODAS PARTES
El azúcar se pasea a sus anchas por todas partes. La próxima vez, echa un vistazo a lo que compras. Lee las etiquetas de algunos productos y verás cuántos de ellos contienen azucar. El azúcar viene presentado de muchas maneras. Puede que en la etiqueta no ponga “azúcar” exactamente, pero si las palabras que ves acaban en “-osa”, probablemente lo sean. Un desayuno supuestamente saludable con yogur con cereales y fruta y un vaso de jugo de naranja puede contener hasta 14 cucharaditas de azúcar… ¡y la cantidad recomendada para todo un día son 7!
2. LA CLARIDAD MENTAL Y LA CONCENTRACIÓN AUMENTARON
Las 2 primeras semanas me sentía un poco confuso. Tuve un par de noches de poco descanso y algunos días muy largos en el trabajo, pero era una sensación distinta a la de estar cansado. Después de las 2 semanas algo cambió. De repente salí de esa fase y me sentí más centrado y con más claridad mental que nunca.
3. MÁS ENERGÍA, MENOS BAJONES
Desde que empecé mi dieta sin azúcar, mis niveles de energía han ido subiendo y ya nunca recurro al azúcar para darme ese subidón. Me despierto más fresco y enérgico. Además, esa energía me dura todo el día. El bajón de la tarde ya no existe y ya no busco algo azucarado para remediarlo.
4. MEJORÍAS EN LA PIEL
Con la dieta sin azúcar he notado que tengo la zona T (la frente y la nariz) menos grasienta. Tomar azúcar en exceso puede causar piel grasa, así que en lugar de ponerte productos en el exterior puedes probar a cuidarte desde el interior (¡el azúcar también produce granos e incluso arrugas!).
5. AMOR POR LA COCINA
He vuelto a amar la cocina. Siempre me ha gustado cocinar y siempre suelo preparar comidas sanas.
Dado que muchas salsas y productos se esfumaron de mis platos, tenía que cocinar prácticamente todo desde cero. Esto me hizo crear mis propias recetas, ¡hacía mucho que no creaba nada en la cocina! Ahora sé exactamente qué hay en mi plato.
¿Volveré a comer productos que contengan azúcar? Sí. ¿Y si alguien trae una tarta de cumpleaños a la oficina? Seguro. ¿Y si hay tiramisú de postre en un restaurante? Ni lo dudes. ¿Pero seré más consciente de los productos que tomo e intentaré reducir la ingesta de azúcar? ¡Por supuesto!
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